En nuestro día a día, asumimos que el aire que respiramos y el agua que consumimos en casa son seguros. Sin embargo, muchas veces convivimos con contaminantes sin darnos cuenta.
Aquí te compartimos 5 señales comunes que indican que es momento de considerar un purificador de aire o agua en tu vida diaria.
1. Tu piel o cabello se resecan fácilmente
¿Notas tu piel áspera, con picazón o tu cabello opaco y sin vida? No siempre es culpa del clima o de tus productos de cuidado.
El agua dura, es decir, agua con altos niveles de calcio, magnesio u otros minerales puede afectar la hidratación de la piel y provocar irritaciones. Además, los químicos como el cloro, usados en el tratamiento de agua, también resecan la piel y el cuero cabelludo.
2. Sufres de alergias todo el año
Si estornudas con frecuencia en casa, te pican los ojos o tienes congestión nasal sin motivo aparente, puede que estes expuesto a contaminantes invisibles. El aire de interiores suele tener una alta concentración de polvo, ácaros, esporas de moho, caspa de mascotas e incluso partículas contaminantes que entran desde la calle.
Dato: El aire dentro de casa puede estar hasta 5 veces más contaminado que el aire exterior, según la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU).
3. Tu agua sabe o huele mal
¿Sientes que el agua tiene un sabor metálico, a cloro o incluso a tierra? Aunque técnicamente sea “potable”, eso no significa que esté libre de químicos o microorganismos. El cloro, los metales pesados o la presencia de bacterias afectan el olor y sabor del agua, y pueden dañar tu salud con el tiempo.
4. Notas manchas, sarro o residuos en grifos, vasos y electrodomésticos
Cuando ves residuos blancos, amarillos o rojizos en tus llaves, vasos o calentadores de agua, estás viendo evidencia de minerales no filtrados. Este tipo de acumulación, conocido como sarro o incrustaciones, no solo afea tus instalaciones, también reduce la eficiencia de tus aparatos y acorta su vida útil.
5. Te sientes más cansado o con dolores de cabeza frecuentes en casa
¿Te cuesta concentrarte? ¿Sientes fatiga constante? La acumulación de dióxido de carbono (CO2), compuestos orgánicos volátiles (COVs), o una mala ventilación pueden generar una sensación de pesadez, somnolencia o incluso dolor de cabeza. Esto es especialmente común en oficinas, habitaciones cerradas o espacios donde no hay suficiente renovación de aire.
¿Te identificas con alguna de estas señales?
No tienes que esperar a que aparezcan problemas graves de salud para actuar. Detectar estas señales a tiempo puede marcar la diferencia entre vivir expuesto a riesgos silenciosos y disfrutar de un entorno saludable.