
En la actualidad, la calidad del agua es cada vez más importante por lo que contar con un sistema de purificación confiable ya no es un lujo, es una necesidad. Sin embargo, muchas personas y empresas cometen errores al elegirlo, lo que resulta en inversiones mal aprovechadas y equipos ineficientes.
1. Conoce la calidad de tu agua
No todos los sistemas son para todos. Antes de comprar es fundamental conocer:
- La fuente de agua (red municipal, pozo, cisterna, río, etc.).
- Los contaminantes más comunes (bacterias, metales pesados, sales, turbidez).
- Normativas locales o requisitos específicos (uso potable, proceso industrial, restaurante, hospital, etc.).
2. Define el uso y la demanda
Antes de adquirir cualquier sistema de purificación de agua, es fundamental tener claro donde se utilizará y cuánta agua se requiere tratar diariamente. No es lo mismo atender las necesidades de una familia que abastecer un negocio o un proceso productivo.
Considera aspectos como:
- La cantidad de personas que consumirán el agua.
- El horario de operación (uso continuo o intermitente).
- Si el agua se utilizará solo para consumo humano o también procesos, limpieza u otros fines.
Error común: No calcular bien la demanda real puede derivar en equipos insuficientes o gastos innecesarios en sistemas sobredimensionados.
3. Considera la instalación y el mantenimiento
Un sistema mal instalado o sin mantenimiento termina siendo un gasto inútil. Evalúa:
- Facilidad de instalación (¿requiere obra civil, tanque de almacenamiento, bombas?).
- Disponibilidad de repuestos y filtros.
- Costos de mantenimiento y frecuencia de servicio.
Consejo: Siempre pregunta por garantía, refacciones y soporte técnico.
4. Evita estos errores comunes
- Elegir solo por el precio, sin revisar calidad de materiales y certificaciones.
- No calcular caudal y presión necesarios.
- Ignorar la calidad del agua de entrada.
- Comprar de vendedores sin respaldo técnico ni postventa.
Elegir un sistema de purificación de agua es una decisión que merece análisis y cuidado. Conocer la calidad el agua, definir claramente su uso y demanda, y evitar errores comunes te ayudará a invertir de forma responsable y a proteger la salud de quienes la consumen.