El ozono ha ganado reconocimiento como uno de los desinfectantes más efectivos en el tratamiento del agua debido a su capacidad para eliminar una amplia gama de contaminantes, incluyendo bacterias, virus, y compuestos orgánicos. La ozonización del agua implica la generación de ozono y su posterior mezcla con el agua a tratar, donde el ozono reacciona rápidamente con los contaminantes presentes, descomponiéndolos en subproductos menos dañinos.
Como alótropo del oxígeno, el ozono está compuesto por tres átomos de oxígeno en lugar de los dos que encontramos en la forma más común del elemento. Esta estructura le confiere una alta reactividad química, convirtiéndolo en un agente desinfectante poderoso y eficaz.
Cuando el ozono se disuelve en el agua, comienza un proceso de degradación que conduce a la formación de radicales hidroxilo (HO·). Estos radicales también participan en la desinfección del agua al reaccionar con los microorganismos presentes, inactivándolos en el proceso. Sin embargo, es importante destacar que las reacciones directas del ozono (O3) con los contaminantes tienen un rendimiento de desinfección generalmente superior al de los radicales hidroxilo.
Debido a esta diferencia en la eficacia desinfectante, se recomienda la adición de una concentración residual de radicales hidroxilo para garantizar la integridad del agua tratada. Esta práctica asegura que, incluso después de que las reacciones directas del ozono hayan tenido lugar y el ozono se haya degradado, aún permanezca una cantidad adecuada de radicales hidroxilo presentes en el agua para continuar combatiendo cualquier microorganismo remanente y mantener altos estándares de calidad del agua.
¿Cómo se genera el ozono?
Existen varios métodos para generar ozono, incluyendo métodos fotoquímicos, electrolíticos y radioactivos, siendo el más común el método de descarga de corona. En este proceso, se hace pasar oxígeno a través de un campo eléctrico generado mediante un potencial de alto voltaje entre dos electrodos separados por un material dieléctrico. Las moléculas de oxígeno se rompen en iones de oxígeno altamente reactivo (O·), que luego se combinan para formar moléculas de O3. El grosor de la separación por donde pasa la corriente de gas rico en oxígeno generalmente oscila entre 1 y 3 mm.
El ozono se puede generar a partir del oxígeno presente en el aire o a partir de oxígeno puro. Aunque el aire ambiental, que contiene alrededor del 21% de oxígeno por volumen, es la fuente más accesible, se ha optado por utilizar oxígeno líquido en lugar de aire, especialmente en sistemas ubicados en plantas remotas, debido a su mayor eficiencia y pureza.
Beneficios de tener un ozonizador en casa
Desinfección del agua potable: Un ozonizador puede desinfectar el agua del grifo, eliminando bacterias, virus y otros microorganismos patógenos presentes en el agua, lo que garantiza que el agua que consumes esté libre de contaminantes biológicos y sea segura para beber.
Mejora del sabor y olor del agua: Elimina olores y sabores desagradables del agua, como los causados por compuestos orgánicos volátiles (COV), cloro y otros contaminantes químicos.
Reducción del uso de productos químicos: Al utilizar un ozonizador para desinfectar el agua, se reduce la necesidad de utilizar productos químicos desinfectantes como el cloro.
Seguridad alimentaria: El agua ozonizada se puede utilizar para desinfectar frutas, verduras y otros alimentos, ayudando a eliminar los residuos de pesticidas y otros contaminantes presentes en su superficie y prolongando su vida útil.
Reducción de residuos plásticos: Al disponer de agua potable ozonizada en casa, se reduce la necesidad de comprar agua embotellada, lo que contribuye a reducir la generación de residuos plásticos y el impacto ambiental asociado con su producción y eliminación.
Versatilidad de uso: Además de utilizar agua ozonizada para beber y cocinar, también se puede utilizar para limpiar y desinfectar superficies, utensilios de cocina, juguetes para mascotas y otros objetos del hogar, proporcionando una solución de limpieza segura y eficaz.